Verano azul 1.0

Compañer@s,

Cuando llega el invierno Monsieur Massó se pone nostálgico y comienza a recordar...

...aquellas tardes donde quiso y no pudo...

 ...matinales lúgubres donde la pálida luz de la mañana no calienta...

...ocasos que se alargan sin poder alcanzar la meta... 

Uno de los recuerdos menos gratos que tengo, es aquel día en que hicimos parte de la Via Verda entre Olot y Sant Feliu de Guixols. Un recorrido de ida y vuelta desde Girona hasta Sant Feliu en un día caluroso, donde el sol picaba de lo lindo y se preveían pájaras por doquier...

El día comenzó bien, un pajarillo despistado no quiso o no pudo ver un pequeño obstáculo en el camino. Como era muy pronto, y todavía estaba dormido, se me escapó la acometida... así que les seguí unos metros atrás, buscando el momento idóneo para dar el hachazo.

Ritmo lento y agotador, con el sol de justicia tostándome la testa y curtiéndome la piel, me dejaron desinflado para acometer acto alguno. Hasta algunos me vacilaban... ¡qué fue de mi aquel día!

No puedo decir que no disfruté del paisaje, y aunque el primer tramo no se ajuste al antiguo trazado de la vía férrea, tiene algunas sorpresas y rincones espléndidos de ser observados.

Después de que ni si quiera me invitasen a comer (malditos ciclistas, por eso me gusta tanto darles con mi mazo), tomamos el camino de regreso... ¡sin una sietecita! Qué poco considerados... así que no me quedó más remedio que poner el gancho y sestear por el camino. La visita de mi primo, Monsieur Piquer, hizo que uno de ellos tuviera que poner pie a tierra y pedir la ayuda de sus congéneres.

Ni una mísera cervecita para celebrar la primera salida que hacían justos estos cobardes, que me tuvieron al sol todo el día... ahora algunos de ellos ya me tienes más respeto después de haberles visitado en tierras mañas o subiendo grandes monumentos de Catalunya o pequeñas tachuelas... ¡y lo que les queda!

Monsieur Massó