viernes, 27 de junio de 2014

Algunos lo llaman "el rompe piernas" ....

Hace ya algún tiempo ... cuando empezamos este espacio de divulgación ya anunciamos que ACMM quería ser un grupo de personas que pudieran disfrutar de la bicicleta teniendo en cuenta sus capacidades y disponibilidad sin presiones ni comparativos.

Así pues tenemos a un "presi" también conocido como #lalocomotoradesants que se devora la geografía catalana a base de sufrir montañas de todo el territorio, pero también hacemos salidas más recreativas donde nuestro objetivo no es solamente castigar nuestras piernas sino más lúdicas y que puedan abarcar a un público no tan profesional que no aparque la bici después de pasar un mal rato.

Pero aquéllos que ya llevamos muchos km y aventuras recorriendo "el nostre petit país" a veces olvidamos que era tener que poner pie a tierra en una pista empinada que nos sirve de entrenamiento semanal...

Para los vecinos de la Serra de la Marina un clásico, para los garrafinos un amplio e intersante territorio por descubrir es el que se presenta una vez superada la empinada cuesta al depósito de la Vallensana. Aquí hago un pequeño kit-kat para plantear una pequeña reflexión... porqué habiendo tantos kms de llanos caminos hay quien todavía nos empeñamos a pensar que sin cuestas no hay diversión? Espero que haya alguna razón positiva en relación con la salut física...

Fantásticas vistas
Es una cuesta que con algunos tramos de orientación sureste y sol de justicia alumbrando el camino puede dejar sin aliento al más experimentado si se plantea a la valiente, imaginaros pues si es vuestra primera salida seria en bici ... Bien pues, hay que reconocer que con una sonrisa y arrastrando la bici a su lado nos acompañaron hasta arriba dos ciclistas "amateurs" en nuestra primera salida juntos (y espero que no la última y que el grupo siga creciendo sin duda!). 

Personalmente pienso que las vistas son merecedoras del esfuerzo dedicado, pero quizá sea un sentimiento desvirtuado... deben ser ellas quien lo valoren decidiendo acompañarnos en alguna otra ocasión.

Y si la subida les pudiera o pudiése parecer enterna Monsieur Massó se presentó en la bajada desarmando rueda trasera, frenos y radios de una de las bicis (seguramente un hierro no demasiado apropiado para tales fines "un handicap que no supimos valorar a priori"...).

Y pensar que hace unos años eran con lo que nos movíamos...
Por suerte quedó en una anécdota que a punto a estado de convertirse en un nuevo post de la sección de taller de elección de ruedas y cambio de piñones pero nuestras herramientas y nuestra maña no permitió que aflojaramos ni el más pequeño de los piñones, así que aceptamos trucos y consejos al respecto!

domingo, 15 de junio de 2014

I+D+i


Massoner@s,

Arduas investigaciones (proporcionadas por la #newageofthejournalist) me llevaron el pasado 31 de mayo a un pequeño pueblo situado en el centro de Catalunya. Decían los autóctonos que existía un camino por donde las personas sufrían grandes calvarios y que, en algunas ocasiones, llegaban a desaparecer o incluso caer derrotados por... una montaña!

En mi nueva línea de vida para poder decir #mamáyoquieroserdoctor y ser algo en la vida, me embarqué en un colectivo para ir a la localidad de Figaró, situada entre el Parc Natural del Monseny y la zona de les Cingles de Bertí. Como los autóctonos rumorean que las "presas" preferidas eran aquellos que gozaban ir sobre dos ruedas, me llevé conmigo mi burra.


Mucho viento y un temperatura baja para la época del año pero, eso sí, un sol radiante. La entrada, perdón por el vocabulario, acojona. Pero sin miedo miedo me adentré subiendo por la Riera de Vallcàrquera. La carretera me tranquilizó, pero duró poco y tuve que apretar los dientes al ver bajar a otro ciclista con cara de susto... como si hubiese visto algo extraño, algo temible...


...y ahí estaba, de repente y sin previo aviso -más que la cara del ciclista- la primera rampa del 16%. Y eso era un no parar, rampa tras rampas, cada cual con un porcentaje mayor... 15, 16, 17... La pendiente media desde el inicio hasta la cima del Tagamanent supera el 10% durante los casi 7km de ascensión. Y se preguntarán dónde está el tramo duro... ¡en todos sitios!

La mayor rampa, por encima del 21% casi llegando al Tagamanent, con el piso en carne viva, rojo de las escabechinas procuradas a lo largo de los tiempos. Yo sucumbí, no una, ni dos, hasta tres veces tuve que poner pie a tierra y curarme las heridas...

Ya en el Tagamanent, la cosa no quedó allí. Después de descender por donde no tocaba, puse rumbo hacia el este. Collfornic espera. Otros casi 6km con subidas del 14% y una pendiente media del 6,5% hasta llegar al Pla de la Calma bordeando la Olla del Montseny. Creía estar a salvo, pero mi subconsciente me falló al no recordar la zona de toboganes que separa el Pla de Collfornic.

El miedo se convirtió en alegría al ver, por fin, la carretera que me llevaría a casa... La bajada se hizo corta, no sin dejar pasar lo ocurrido, el cielo amenazante cumplió con el pronóstico y dejó caer una buena tormenta a la entrada de Sant Celoni.

Como gran fan de la #newage quiero avisar a los intrépidos que retan a la montaña, que sean prudentes...

*

Hacía largo tiempo que no dedicaba un post a una nueva ruta, pero aquí os quiero dejar esta: Figaró-Sant Celoni. Ruta de una distancia más que aceptable (46 km) y con un desnivel respetable (+1170m).