domingo, 15 de junio de 2014

I+D+i


Massoner@s,

Arduas investigaciones (proporcionadas por la #newageofthejournalist) me llevaron el pasado 31 de mayo a un pequeño pueblo situado en el centro de Catalunya. Decían los autóctonos que existía un camino por donde las personas sufrían grandes calvarios y que, en algunas ocasiones, llegaban a desaparecer o incluso caer derrotados por... una montaña!

En mi nueva línea de vida para poder decir #mamáyoquieroserdoctor y ser algo en la vida, me embarqué en un colectivo para ir a la localidad de Figaró, situada entre el Parc Natural del Monseny y la zona de les Cingles de Bertí. Como los autóctonos rumorean que las "presas" preferidas eran aquellos que gozaban ir sobre dos ruedas, me llevé conmigo mi burra.


Mucho viento y un temperatura baja para la época del año pero, eso sí, un sol radiante. La entrada, perdón por el vocabulario, acojona. Pero sin miedo miedo me adentré subiendo por la Riera de Vallcàrquera. La carretera me tranquilizó, pero duró poco y tuve que apretar los dientes al ver bajar a otro ciclista con cara de susto... como si hubiese visto algo extraño, algo temible...


...y ahí estaba, de repente y sin previo aviso -más que la cara del ciclista- la primera rampa del 16%. Y eso era un no parar, rampa tras rampas, cada cual con un porcentaje mayor... 15, 16, 17... La pendiente media desde el inicio hasta la cima del Tagamanent supera el 10% durante los casi 7km de ascensión. Y se preguntarán dónde está el tramo duro... ¡en todos sitios!

La mayor rampa, por encima del 21% casi llegando al Tagamanent, con el piso en carne viva, rojo de las escabechinas procuradas a lo largo de los tiempos. Yo sucumbí, no una, ni dos, hasta tres veces tuve que poner pie a tierra y curarme las heridas...

Ya en el Tagamanent, la cosa no quedó allí. Después de descender por donde no tocaba, puse rumbo hacia el este. Collfornic espera. Otros casi 6km con subidas del 14% y una pendiente media del 6,5% hasta llegar al Pla de la Calma bordeando la Olla del Montseny. Creía estar a salvo, pero mi subconsciente me falló al no recordar la zona de toboganes que separa el Pla de Collfornic.

El miedo se convirtió en alegría al ver, por fin, la carretera que me llevaría a casa... La bajada se hizo corta, no sin dejar pasar lo ocurrido, el cielo amenazante cumplió con el pronóstico y dejó caer una buena tormenta a la entrada de Sant Celoni.

Como gran fan de la #newage quiero avisar a los intrépidos que retan a la montaña, que sean prudentes...

*

Hacía largo tiempo que no dedicaba un post a una nueva ruta, pero aquí os quiero dejar esta: Figaró-Sant Celoni. Ruta de una distancia más que aceptable (46 km) y con un desnivel respetable (+1170m).

2 comentarios:

Unknown dijo...

La próxima vez de ida y vuelta jejeje! Cuando "recupere" la forma :)

Marcos Sanz Ramos dijo...

Zayas, eres como JJC... siempre buscando el punto optimo de forma ;)