Después de la salida al Delta
del LLobregat del pasado jueves, nos quedamos con las ganas de volver a
ver la playa, así que decidimos hacer una excursión a Barcelona
siguiendo el Ripoll y luego continuando hasta la desembocadura del
Besos.
La sección Sabadell, salimos dirección al barrio marítimo,
bien abrigaditos, aunque hacia un muy buen día para darle caña a la
burra. Zayas, en un movimiento astuto, hizo un ataque a lo loco en
Montcada, típico ataque del equipo Andalucía en la vuelta España, aunque
esta vez triunfo y se planto primero en el puente verde (para evitar
equívocos futuros, es una estructura de hierro coloreada de color verde
que pasa por encima de la línea de cercanias de Mataró, y al lado el
está el puente del Tramvia, situada donde acaba el camino de asfalto del
río).
Allí nos encontramos con el presi, que gentilmente me
devolvió la cartera, aunque me han desaparecido misteriosamente muchas
cosas, decidimos hacer una visita a nuestro amigo el mono, el del Anís
,que desde verano, lo teníamos abandonado. Después de que el mono nos
advirtiera "que menos llanear y más escalar" y que la ruta que
emprendimos hacia Montgat, con el olorcito a Anís del Mono, fuera para
mí, un auténtico aburrimiento.
Se decidió hacer parte de la subida al
depósito de la serra de la Marina, aunque yo insistí en tomarme una
horchata en el centro de Badalona (recomiendo Horchateria Soler), todo
el mundo hizo oídos sordos, había ganas de sufrir un poquito.
Es
una subida corta y poco exigente, en el que Marcos, con un control
absoluto del grupo y Pedro, con su molinillo, nos destrozaron tanto a
mi, pagando los excesos festivos, y al Zayas, un caso aparte, que
empieza a tener una lista de motes más grande que kilos sobrantes, si el
otro día era el avestruz, hoy fue el gaseosa, sólo él, es capaz de
tirar como un loco arrastrando un montón de desarrollo y de repente, y
sin previo aviso, explotar como las palomitas hechas en el microondas,
fenómeno digno de estudio.
Una vez coronado hasta el camino que
da inicio a la última parte de la ascensión al depósito y visto que
era bastante tarde y las obligaciones nos llamaban, decidimos posponer
el último tramo hasta el depósito, hicimos el descenso hasta Montcada y
luego, cada uno, hacia sus respectivas casitas.
En mi opinión,
me gusta más la subida por la vertiente de la depuradora de Montcada,
camino de tierra, 0 tráfico, la subida del hospital, me pareció algo
peligrosa, poco arcen y mucho tráfico, algunos incluso haciendo el
loco.
Hemos prometido al mono subir al depósito, así que, tenemos nuevo reto.
...es un pájaro, es una avión, no es Monsieur Massó...
Rubén.